El rol de la mujer sin voz en la sociedad brasileña marcó el camino hacia donde estoy hoy.
Puedo hablar y soy escuchada. Aunque todavía hay que gritar para lograrlo.
No siempre fue así.
Mis antecesoras podían hablar muy poco. Al hacerlo debían susurrar, de manera que ni siquiera sabían si se les escuchaba. O incluso, hacerse cargo de lo hablado, ya que podría ser mal recibido o malinterpretado por los fiscales de los buenos modales.
Así mismo las mujeres siempre han marcado de forma muy especial la literatura brasileña. Autoras, poetisas que pelearon por la publicación y reconocimiento de sus obras. En una sociedad menos tolerante de la vivida por nosotras hoy.
Ni que hablar de la lucha de los personajes femeninos transgresores. Aunque escritores hombres las retrataban según sus perspectivas, pudieron existir libremente en la sociedad. La mujer real pasa a existir incluso en la personalidad de un personaje.
Por el Día Internacional de la Mujer voy a homenajear a mis protagonistas preferidas de la lengua portuguesa.
Las nombro pues marcaron este camino por el cual avanzamos nosotras.
Empiezo con Capitu.
Personaje que salió de la imaginación del escritor Machado de Assis. O de su vivencia, ¡vaya a saber! Fue por la voz del narrador, su marido apasionado y celoso, que la conocí.
“Capitu era Capitu, es decir, una criatura muy particular, era más mujer de lo que yo era hombre”.
Fragmento del libro Dom Casmurro – Machado de Assis, 1889
Al describirla en la obra Dom Casmurro, con sus ojos de gitana, oblicuos y simulados, el escritor nos dejó el más misterioso personaje de la literatura brasileña.
De los libros juveniles surge Emília, Marqueza de Rabicó, como le gusta ser llamada.
La muñeca de trapo es un personaje femenino fuerte y llamativo. El escritor Monteiro Lobato nos regaló una filósofa con una mirada crítica e irreverente.
– ¿Y después de morir? – preguntó el vizconde.
-Después de morir se convierte en hipótesis. ¿Lo es o no?
Fragmento del libro Memorias de Emília – Montero Lobato, 1920
Es para destacar la importancia del personaje Emília en la serie Sítio do Picapau Amarelo. Por eso mismo, ella influyó y encantó a muchas generaciones. Incluso a mí.
Y para cerrar con llave de oro: Diadorim.
Personaje clave de la novela Grande Sertão: Veredas, obra prima del escritor João Guimarães Rosa. A Diadorim, durante casi toda la narrativa, se lo interpreta como hombre.
El amor viene del amor. Digo. En Diadorim, pienso también – pero Diadorim es mi niebla.
Fragmento del libro Grande Sertão – Veredas
Pero en las últimas páginas el narrador cuenta que, luego de su muerte, cuando el cuerpo es desnudo y lavado, se descubre que es mujer.
Guimarães Rosa hizo de este personaje el representante de las diversas ambigüedades y paradojas que se presentan en la novela. Veo en Diadorim el avatar de una fuerte guerrera.
Sí tiene la oportunidad de adquirir una de esas obras, no dejes de leerlas. Así practicas portugués. Y mismo eligiendo la versión en español, conocerás los personajes importantes para la sociedad de Brasil.